Ir a Viana do Castelo (parte II).

Día 3

Llegamos al ecuador de las vacaciones. Seguimos con buen tiempo; así que lo aprovechamos para disfrutar de otra mañana de playa.

En la nevera solo nos quedan unas latas de conservas y el hielo de las botellas ya se ha deshecho.

Es día laborable. Entramos en un supermercado Pingo Doce y compramos pan, fiambre, queso, hielo y vino de oporto.

La mañana está idéntica a la de ayer. Mucho calor, pero el agua del mar fría. Al ser día laborable, en la playa de Cadavelo, se ve menos gente. Comemos de fiambrera a la sombra de los pinos. Café en Viana y a quitar la arena a la ducha del hotel.

Nos queda por visitar el Monte de Santa Luzia y el Santuario Diocesano del Sagrado Corazón de Jesús. La subida a Santa Luzia la puedes hacer andando, en coche o en funicular. Estos días atrás, el funicular estaba averiado.

Callejeamos por la ciudad hasta la estación del tren. El edificio tiene una fachada interesante y está muy cerca del funicular. La idea era subir a ver el templo, pero sigue si funcionar. Para subir andando nos parece demasiado tarde y para ir a buscar el coche, demasiado lejos. Definitivamente, posponemos la visita hasta mañana y subiremos con la berlingo.

Descendemos por la calle comercial, dirección a la ría. Vamos al barco museo de la Cruz Roja.

El pase son cinco euros por persona. En un principio puede parecer un precio excesivo por visitar un barco; pero no es así. La visita merece la pena.

El Navío Hospital Gil Eantes fue construido en 1955 en los astilleros de Viana do Castelo. Su misión era la de dar cobertura médica a los pescadores de bacalao, que durante meses faenaban en aguas de Terranova y Groenlandia, a miles de kilómetros de casa.

También ejerció como correo, remolcador y rompehielos; asegurando así, el abastecimiento de materiales, combustible, agua y cebos a los barcos bacaladeros.

Una vez que el barco se quedó sin funciones, hacia 1977, fue vendido al desguace como chatarra.

La sociedad vianesa se movilizó contra está decisión. Las protestas fueron apoyadas por muchas asociaciones, e incluso llegan a la TV portuguesa. La presión popular obliga a las Autoridades a cambiar su decisión.

El Gil Eantes es indultado y restituido a su estado original. A partir de esta fecha se acondicionó como Albergue juvenil y Museo. Ahora mismo, está anclado en el puerto de Viana do Castelo y es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad.

El recorrido por el barco está perfectamente señalizado. Tiene tres pisos o alturas y dependiendo del interés que te suscite, la visita puede llevar entre hora y hora y media.

Cuando acabamos la visita al buque museo, nos dimos una vuelta por la zona del puerto. Tomamos unas cervezas, haciendo tiempo para cenar. Tenemos ojeado un restaurante que ofrece «francesitas».

Este típico sandwhic portugués está hecho con varias capas de pan, alternadas con carne y lonchas de queso. Un huevo frito en la parte superior y todo bañado en una salsa de cerveza y tomate.

Y así, acabamos el día.

Ir a Monte Luzia y Guimarâes (parte IV)

Por cisimo