TRABAJO , PENAS, ALEGRÍAS Y BORRACHERAS

La noche de Reyes es especial y diferente; pero en  la localidad leonesa de Castrocalbón, también es una noche de obligación. La obligación de seguir escribiendo la historia de una tradición  ancestral. Los responsables de que esto se siga cumpliendo, son los quintos de la localidad.

Este año me apetecía escribir sobre el tema, pero pensando, he recordado que hace ya tiempo; en épocas  remotas, ya lo había hecho.

Así me explicaba en la Revista “Fontiñea” allá por febrero de 1988:

Quintos nacidos en 1966

Un año más la historia se repite. Se acercan las Fiestas navideñas y los quintos empiezan a reunirse  para trazar los pasos a seguir, en lo que va a ser otro año de tradición.

Cuando uno llega a la mayoría de edad y se corona como “quinto” , sabe que su principal misión, durante estas navidades, es  colocar en la madrugada del día seis de enero, un ramo de pino y otro de laurel en cada casa de este pueblo.

Los preparativos comienzan semanas antes. Hay que reunirse y empezar a planificar . Se necesita un permiso del forestal para podar los pinos; hay que buscar una casa donde asentar la sede para reunirse, comer, beber….necesitamos tractores para el transporte de los ramos; hay muchas tareas por hacer. ¿ Y el laurel? Hay que preguntar a los vecinos para ver quien nos lo da. Se necesita mucho y hay años que no hay suficiente. En varias ocasiones se ha llegado a robar en pueblos vecinos. No todo vale, pero nadie quiere ser el primero en romper la Tradición.

Con estos afanes y estas penas van transcurriendo las Navidades para los Quintos, hasta que llega la Gran Noche en que tendrán que cumplir con su compromiso como quintos del 88.

La noche suele ser dura. Los agentes atmosféricos en estas fechas suelen castigar a los jóvenes. Años de frío, agua, nieve, nunca podrán ser un inconveniente para que la historia se repita.

Los primeros ramos en poner, serán los del Barrio de Arriba. Unas horas después de la puesta del sol, los quintos realizarán esta tarea, mientras las quintas preparan la cena en la casa donde se han ubicado, para más tarde; todos juntos, cenar como una gran familia que son. De obligado cumplimiento, después de la cena, es visitar la discoteca. Bailarán, beberá, gritarán “vivan los quintos”, romperán algo … para eso son los quintos.

A los dos de la madrugada hay que volver al “tajo”. Se abrochan bien los “tabardos” y se aprovisionan de un par de botellas de orujo o coñac para combatir el frío. Empieza el verdadero calvario. En esta ocasión no hay distinciones; quintos y quintas se encargarán de repartir los ramos de pino y laurel, las tarjetas y los caramelos. Casa por casa hasta recorrerlas todas, que suele ser a las seis o las siete de la mañana.

Regresan al “cuartel general” para descansar unas horas. A las doce de la mañana hay que acudir a escuchar la Santa Misa. Finalizada la celebración , los quintos visitarán nuevamente todas las casas de la localidad. Esta vez será para recoger su merecida propina, que por lo general suele ser buena. Sirva como ejemplo que los donativos en el pasado año 87, ascendieron a 160.000 pesetas.

Castrocalbón ha sabido premiar a estos jóvenes y ellos se lo agradecerán de una forma peculiar. Con el dinero conseguido pagarán las deudas acumulas en tiendas y bares y después de Reyes, organizarán dos días de baile para todo el pueblo.

Estos dos días serán los últimos que comerán y beberán juntos; es su verdadera Fiesta y se conoce como EL BAILE DE LOS QUINTOS.

Después se separarán, cada uno se irá por su lado…. Todo volverá  a la normalidad. El pueblo volverá  a la rutina diaria, hasta que a finales de año lleguen otros quintos y destronen a los actuales.

Esta será la prueba de que siguen surgiendo los eslabones de esta cadena que año tras año va escribiendo esta nuestra HISTORIA.

Please follow and like us:

Entradas relacionadas