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Hemos pedido dos días en el trabajo para juntarlos con el fin de semana y poder disfrutar unos días de relax y descanso. Nuestro destino es Viana do Castelo en Portugal.
Moverse de casa, hoy en día, supone un importante desembolso de dinero. Si económicamente estás bien, enhorabuena; por el contrario, si tu situación económica es delicada y tu presupuesto es una cantidad fija, tendrás que hacer números, buscar ofertas e ingeniártelas para minimizar gastos.
Julio y agosto son los meses más caros, pero Junio y Septiembre también están bien para moverse y los hoteles son más baratos.
Siempre hay que probar platos típicos y degustar la gastronomía de los lugares que visitamos. Portugal tiene mucho y bueno en este aspecto, bacalhau al bras, francesinhas, pastel de belén. vino de oporto…..
Ir de restaurante todos los días, supone un gasto considerable. Si queremos economizar, tendremos que comer y cenar algún día de «fiambrera». Esto nos supone un ahorro aprox. de 20 euros por persona/comida.
Hay que sufrir la molestia de cargar con la nevera; y si tenemos sitio en el coche, con mesa y sillas. Congelar unas botellas de agua para mantener el frío y llenarla con lo que nos apetezca, tortilla, empanada, filetes empanados, embutido, queso, conservas y bebida.
Nosotros somos dos personas y salimos desde la provincia de León; pensamos estar cuatro días fuera. Con antelación hemos reservado hotel en Viana do Castelo. Habitación doble con derecho a desayuno. Hotel normal, sin lujos pero que cubre todas las necesidades básicas. Tres noches por 166 euros. Está a las afueras, junto a la ría. Sin TV, pero si una terraza con mesa y dos sillas, que nos vendrá bien para hacer alguna cena.
El hotel es el «Posada de Juventude» y en la zona hay muchísimo espacio para aparcar.
Día 1
Con anterioridad hemos mirado el itinerario y la mejor opción es coger la autovía de las Rías Baixas hasta Verín. Allí entramos a Portugal por Chaves y tenemos todo autovía hasta la costa en Viana do Castelo. Hay varios peajes, todos en suelo luso.
En nuestro caso, no lo hicimos así. Salimos de casa a media mañana y en Puebla de Sanabria, nos desviamos dirección Portugal.
Una vez que llegas a Braganza ya tienes autovía para moverte por todo el País. Lo malo es que para llegar, tenemos que recorrer 50 km por una carretera comarcal con infinidad de curvas y sin prácticamente arcén. Ahora entiendo la reivindicación de ese tramo de autovía y la posterior León-Braganza.
Poco antes de Braganza, en un pueblo llamado Rabal, decidimos parar a comer. Había una arboleda y sombra; zona idónea para poner la mesa, las sillas y sacar la fiambrera. Tortilla, embutido, queso, pimientos asados, fruta y bebida. El café nos lo tomamos en Braganza.
En esta localidad pasamos buena parte de la tarde. Visitamos el Castillo de Braganza , la Iglesia de Santa María, el Museo de la Máscara y el Museo del Ejército – ver fotos)
Algún que otro souvenir y otra vez para la Berlingo. Vila Real, Oporto, Viana do Castelo; nos quedan unos 280 kilómetros para llegar al destino.
Alrededor de las ocho y media de la tarde ( 19:30 h. en Portugal), llegamos el hotel. Pasamos por recepción, recogemos la llave y subimos el equipaje a la habitación.
Es demasiado pronto para cenar; así que, pensamos en tener un primer contacto con la ciudad. Caminamos por el paseo marítimo y sin saber que eran fiestas, nos dimos de lleno con la orquesta. Una cerveza mientras veíamos un poco de la actuación y paseo por las calles del centro, disfrutando del ambiente y de una actuación de fado.
Esta noche, la cena va a ser de fiambrera en la terraza de la habitación. Empanada y queso antes de ir a descansar.