Real Madrid / Castrocalbón.

El Club blanco de la capital de España, está de celebración. Motivos no le faltan, ya que en el día de ayer, conseguía su decimoquinta Copa de Europa.

Enhorabuena a todos los seguidores y aficionados del Club blanco, en especial a los de la Peña Eria de Castrocalbón.

Hace 29 años que un grupo de aficionados y seguidores del Club, se reúnen y dan un paso hacia adelante, fundando una Peña para seguir a su equipo favorito.

Establecen la sede en el bar Eria de la misma localidad. Allí  celebran las asambleas y se reúnen cada vez que un partido de su equipo es televisado.

Se organiza un viaje para conocer el  Estadio Santiago Bernabéu  y disfrutar de un encuentro con Paco Buyo defendiendo la portería.

En los primeros años de existencia y en colaboración con Star Pinea, lanzan un reto llamativo y novedoso. Al final de temporada plantarán un pino por cada gol que su equipo marque en las competiciones que participe.

La idea levanta tanta expectación que es noticia en muchos medios de comunicación. Otras Peñas del Real Madrid, copiarían la idea en futuras temporadas.

Quiquiris de martucón

Hoy el cielo aberrunta truena. Estamos en la cocina de humo. Mi ma acaba de comerse la prigañuela y ahora está escorrijando el pescuezo de un pedreso.

En las comidas, a mi pa le gusta arrearse unas buenas pintas de pirriaki. Después se le sube a la cholondra , le entra la modorra y tiene que amorniarse un buen cacho en la camilla.

Yo me he jalado un buen zalampierno, acompañado con acedas y berros; de postre, coscarones.

Mi pa, el año pasado limpió de humeros y calostrales, un aprestamo que le había dejado mi agüelo en la hijuela. Plantó bravos y sembró kikeres de martucón, pero estuvieron fuñando los pardales y no le nació nada.

Esta mañana estuvo allí. Se engarabitó entre unos piornos y fue trastabardillando hasta se se cayó y esmornió todo el carcañal.

Ahora está dolorido y quiere descansar una miaja mientras yo le hago un recado. Quiere que vaya anca el rapá de la ti Dora a buscar más kikeres y unos ruchos de tabardilla.

Le he dicho que voy luego, al atardecer, pero pensándolo bien, el chaval vive aqui luego, así que he decidido ir ahora luego, en cuanto acabe de comer.