La Guerra del Agua

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Finaliza el año. Echamos la vista atrás para hacer balance de los logros conseguidos y de los proyectos que nos quedan pendientes. Comenzamos el Nuevo Año con una lista de deseos y propósitos, que trataremos de cumplir en los próximos 366 días.

Castrocalbón y La Valdería, recordarán el 2023 como el año en que comenzó la guerra por el dominio del agua. Líquido elemento, imprescindible para la vida que conocemos.

Un día del mes de Abril, los vecinos se quedan sorprendidos y desubicados al ver como llegaban camiones con tubos y maquinaria perforadora. Se instalaban   en una finca al lado de la “Cuesta del Caminero”, muy cerca del pozo artesiano. Nadie  parece saber nada, pero lo que está muy claro es que pretenden hacer otro pozo artesiano.

La gente de La Valdería se pone en guardia. Se rumorea que hay en marcha un proyecto para hacer una planta embotelladora de agua.

 Poco a poco, se van conociendo datos. La empresa se llama “Aguas del Castro” y ya intentó la misma operación en otro pueblo de la comarca. Esta empresa compra fincas, saca permisos y perfora en busca de agua. Una vez que la tiene, vende los derechos a grandes empresas para que estas negocien con ella a través de embotelladoras u otros menesteres.

La empresa comienza con  los trabajos. Están una semana perforando. Aquí es donde la gente del Valle comienza a organizarse; en un principio, asesorados por la Plataforma del Jamuz.

La primera acción que se lleva a cabo es una marcha que va desde la gasolinera hasta la finca. A la llamada, acuden cientos de personas procedentes de La Valdería y de los pueblos de la Comarca de La Bañeza. Al finalizar la marcha, los asistentes nombran a un grupo de personas para que creen una Plataforma y poder así, hacer frente a la empresa.

La presión ejercida por los manifestantes, hace que “Aguas del Castro” paralice las obras, al finalizar una cata de unos 25 metros de profundidad.

En los meses siguientes y con las obras paradas, la Directiva en funciones sigue trabajando. Organizan una recogida de firmas en contra de la futura planta; legalizan la Plataforma Amigos del Agua del Valle del Eria; organizan una tractorada desde Felechares a la finca del pozo y finalmente abren un perfil de Facebook, “Amigos del Agua del Valle del Eria”.

En este tiempo, la gente del pueblo se va dividiendo, hasta formar dos grupos bien diferenciados. Por un lado están los detractores de la embotelladora. Los miembros de la Plataforma defienden el uso del agua como sostenimiento de la agricultura y la ganadería. También apuestan por el consumo gratuito para todas las personas que quieran acercarse a llenar sus vasijas. Lleva siendo así cuarenta años y quieren que siga igual en próximas generaciones.

Al otro lado, los que están con la empresa “Aguas del Castro”; partidarios de construir la planta embotelladora. En sus argumentos alegan la creación de puestos de trabajo para la zona y recaudación de impuestos para el Ayuntamiento.

A dos meses de finalizar el año, la empresa hizo otro intento de proseguir con las obras. La Plataforma movilizó a sus seguidores y consiguieron volver a parar el sondeo. Parece ser que los permisos con los que cuenta la empresa, finalizan el último día del año; de ahí la prisa por volver al trabajo.

A partir de este momento, Amigos del Agua del Valle del Eria, montan una guardia permanente en la zona. Por la mañana ,a mediodía, por la noche, las veinticuatro horas del día la finca está vigilada. El objetivo es llegar a Fin de Año sin que se reanuden las obras.

Se lleva una caseta de obra para resguardarse de las bajas temperaturas; que algunas noches llegaron a los siete grados bajo cero. Calentándose a la hoguera, compartiendo comida y haciendo relevos, consiguieron su objetivo. Se acabó el año y eso implica que los permisos ya no están en vigor. La batalla contra la empresa “Aguas del Caastro”, ha sido ganada por la Plataforma.

¡QUE PASARÁ A PARTIR DE AHORA? No se sabe. Hay dos posibles escenarios.

Podría darse el caso de que la empresa se negase a seguir trabajando en un ambiente desfavorable. La guerra habría acabado.

Podría darse el caso de que la empresa insistiera, volviendo a sacar los permisos e intentar proseguir con la perforación. Entonces, comenzaría una nueva batalla y la GUERRA continuaría.