El Eria es un río que transcurre por la Cabrera y La Valdería hasta desembocar al Órbigo en Tierras de Benavente.

Hace ya décadas que se viene rumoreando sobre la posible construcción de una presa en la zona de La cabrera leonesa.

Cincuenta años después, el Eria sigue sin regular y padeciendo caudales descontrolados en inviernos húmedos y sequias severas durante las épocas estivales. El río se seca en verano y esto se traduce en la desaparición casi total de la fauna y problemas para el riego de las fincas y huertos.

Aunque el caudal desaparece; siempre han quedado pequeñas lagunas, pozos o tramos en los que el agua queda embalsada. Estas zonas del río Eria, son las que durante muchos años, han sido utilizadas por la gente para el baño. Así se refrescaban y combatían el calor de los veranos. Eran las piscinas de «antes».

A pesar de llevar ya muchos años con piscina municipal; en Castrocalbón sigue habiendo una zona del río que se utiliza para el baño. Son los propios bañistas, en su mayoría jóvenes de la localidad, los que se encargan de la limpieza y mantenimiento del lugar. Cuando baja el caudal, hacen presa con las piedras del propio río para mantener embalsada el agua.

El paraje es conocido como: «El Baño de las señoritas»

Para acceder al sitio, hay que discurrir durante medio centenar de metros, por un sendero de ensueño. «Caminando se hace camino», entre chopos y matorrales, hasta llegar a una zona que parece sacada de un cuento.

Siempre me llamo la atención el nombre con el que se conoce el lugar. La curiosidad me llevó investigar sobre la procedencia de este singular nombre. ¿por qué se le denomina así?. Por aquellos entonces, ni los libros de historia, ni el google, pudieron resolver mi duda.

Fue entonces cuando recurrí a la sabiduría popular, al conocimiento de la vida, al «Corrillo» de la calle La Calleja.

Allí está Jacinta Ballesteros que junto a otros vecinos de la calle, buscan «el fresco» a la sombra de las casas.

Me cuenta la señora Jacinta que cuando ella era adolescente, la sociedad era un tanto machista y estaba mal visto que las mujeres fueran a bañarse al río. Además, había otros impedimentos. Las necesidades de la época eran tantas ,que en ocasiones no había dinero para poder comprarse una prenda o traje de baño y por si fuese poco, esos meses coincidía con la siega y recolección del cereal. Las adolescentes del pueblo se pasaban el día con sus padres, realizando las labores agrícolas.

Muy pocas chicas, podían permitirse el lujo de ir al río. Privilegiadas como las hijas del médico, el alcalde , el secretario o de algún terrateniente.

Mientras las hijas de los agricultores, aguantaban un calor sofocante , colaborando con sus  familias en la  trilla del cereal,  las chicas de clase alta pasaban las tardes refrescándose en el río..

Después de comer, estando en la era, veían pasar a las señoritas y comentaban con sus padres: ¡Ya vienen las señoritas al baño!..¡Ya vienen las señoritas al baño!.

De ahí, que a esta zona del río Eria, se le siga conociendo hoy en día como

«EL BAÑO DE LAS SEÑORITAS»

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